Soy
Rocío, tengo 19 años y el 7 de Octubre me desperté como si fuera Simba en medio del desierto (un poco perdida) y me encontré
estudiando Magisterio de Primaria en Escuni, cuando me vi sentada en
el aula escuchando tantas cosas que me sonaban a nuevo, me dio la
sensación de que estaba en el primer día de colegio… Profesores
nuevos, compañeros nuevos, incluso yo era nueva, pero lo que de
verdad sí que tenía nuevo era mi ilusión, por fin ha llegado el día
en el que puedo estudiar lo que realmente me ha gustado desde
siempre, y esa nueva sensación no es comparable a nada. Todavía
estoy averiguando qué es lo que me ha llevado a estudiar esta
carrera, podría decir que me encantan los niños como dirían la
mayoría, o podría decir que me encantan las matemáticas y me
gustaría enseñar a sumar, pero no es del todo cierto, creo que
estoy aquí para poder ser igual que aquellos profesores que de
verdad me han marcado, y para no parecerme a esos que me han marcado
de otra manera, no tan genial como los primeros, pero a pesar de
estar insegura tengo claro que un día espero despertarme habiendo
conseguido mi meta. Digamos que estoy aquí para convertirme en una
profesora ideal, la cual los niños recordarán como a mí me gusta
recordar a las personas, porque “desgraciadamente olvidamos ciertas
cosas, pero nunca quién te las enseñó”.